Catedral de Málaga o de la Encarnación

Las catedrales inacabadas, pero de gran belleza, parecen ser una tendencia en Andalucía: al igual que la de Granada, la de Málaga nunca llegó a terminarse, pero aun así sigue dominando el casco antiguo de la ciudad. La Catedral de Málaga es una de las más impresionantes de Andalucía y, sin duda, uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista de España.

Construida entre 1528 y 1782 cerca del emplazamiento de una antigua mezquita almohade, los planes originales para esta impresionante catedral de estilo renacentista y barroco incluían dos torres, pero al final, debido a la falta de fondos -como también ocurrió en Granada-, sólo se terminó una.

Su interior está repleto de bellas pinturas y obras de arte que representan escenas de la historia bíblica, así como estatuas de tamaño natural que representan a mártires de diferentes épocas del cristianismo.

Hablando de obras de arte, a tan solo 3 minutos a pie se encuentra el Restaurante Beluga, donde te recomendamos que pruebes el arroz, una perfecta obra de arte, aunque prácticamente toda la carta deberían ser consideras piezas de museo. ¡Pasate a experimentar la verdadera gastronomía meridional malagueña!

Historia de la Catedral de Málaga

Como la mayoría de las catedrales de las ciudades andaluzas, la Catedral de Málaga se construyó sobre la mezquita Mayor en el año 1487, cuando Málaga fue conquistada por los castellanos. Poco queda hoy de este lugar de culto árabe, considerado uno de los mejores de Al-Andalus, cuyo patio de naranjos se encontraba a la altura de los de Córdoba y Sevilla, ambos aún en pie.

Cuando los Reyes Católicos Isabel y Fernando conquistaron Málaga en 1487, una de las primeras cosas que hicieron fue ordenar la demolición de la mezquita para construir una iglesia cristiana. Pero esto llevó su tiempo y, de nuevo, como la mayoría de las catedrales, la de Málaga tardó años en construirse. La construcción comenzó en 1528 y no terminó hasta 1782.

En primera instancia se construyó la cabecera con pilares de capiteles corintios. Más tarde las obras avanzaban a un ritmo muy lento. En el siglo XVIII se propone acabar el cuerpo de la iglesia. Sin embargo, debido a la invasión napoleónica, se detiene la obra hasta que en 1862 la reina Isabel II plantea su finalización, pero como en anteriores ocasiones, esto no sucedió.

Gracias a que tardó tanto tiempo en construirse se puede ver reflejada en la catedral distintos estilos, comenzando con el gótico, siguiendo con el renacentismo y terminando con el barroco, lo que le da un valor y un aspecto único e inigualable.

La Catedral de Málaga

La catedral está hecha por una planta de tres naves con girolas. En su cabecera podemos decir que imita el diseño de la catedral de Granada, pero su coro es más parecido al de Córdoba.

A simple vista podemos observar que la puerta principal es de estilo barroco. En su cuerpo hay dos plantas y tres calles separadas por columnas corintias.

En la planta de arriba existe una composición homogénea; tres grandes ventanales debajo de dos óculos. Además, llama la atención una cornisa de gran tamaño que se encuentra sobre la fachada.

En cuanto a la torre norte llega hasta los 84 metros de altura, convirtiendo a la Catedral de Málaga en la tercera más elevada de Andalucía, después de la de Giralda y la de Sevilla.

En su interior está el Museo Catedralicio. En este museo podrás admirar obras del siglo XVIII y XIX, además de obras propias de la catedral.

Tras ver la catedral de Málaga te recomendamos dar una vuelta por la Calle Larios y de paso asomarte a ver el Teatro Romano de Málaga y la Alcazaba  para tener un día cultural redondo. Para finalizar de la mejor manera posible, pásate a tomarte un coctel en el exclusivo y exótico Restaurante Cambara ubicado en el Muelle Uno.

En definitiva, una visita a Málaga no está completa sin admirar esta impresionante catedral. Si tienes suerte, puede que incluso asista a un oficio religioso, ya que la catedral recibe visitantes algunos días de la semana para celebrar misa.